Harold: ¡Miren, soy una ballena! (Bebe un poco de leche, y luego la arroja por la nariz a Arnold y Gerald)
Arnold: (a su abuela) Te preguntaré algo. ¿Qué sentirías si vivieras en el mar y te metieran en un tanque?
Abuela: ¿Qué? ¡Jamás me capturaron! ¡Jamás! (Arroja la almohada que tenía, sintiéndose que rompió algo)
Arnold: Hoy fuimos todos al acuario.
Abuela: Ah, la gran casa del pez.
Arnold: Y ahí hay una vieja tortuga.
Abuela: Vieja, ¿eh?
Arnold: Sí. Y escribieron en su caparazón. El agua está sucia y los niños le arrojan de todo.
Abuela: ¿Y es vieja?
Arnold: Ajá. Triste, sucia y su tanque es pequeño.
Abuela: Y es vieja.
Arnold: Sí, y...
Abuela: (interrumpiendo a Arnold) Vaya, esto es indignante.
Arnold: Sí, lo sé, pero...
Abuela: ¡Tratar así a una sabia y vieja tortuga como si fuera una criminal!
(Arnold y la abuela llegan al acuario)
Arnold: Esto es allanamiento. Es propiedad pública.
Abuela: Nosotros somos el público, ¿no es así?
Guardia: (Molestando a un pingüino) Ja, ja, ja, ja, ja, ja. Toma una galleta. ¡Ah, se cayó la galleta! Ja, ja, ja, ja. Toma otra galleta. Ja, ja, ja. ¡Ah, se cayó de nuevo! Ja, ja, ja, ja, ja, ja.